Con un conocimiento profundísimo de los detalles históricos sobre cómo han ido desarrollándose muchas innovaciones tecnológicas, Matt Ridley abona la tesis de que es prácticamente imposible determinar qué persona en concreto es el autor o el responsable de ciertos descubrimientos a los que nos hemos habituado en la modernidad, ya que la innovación no procede de un genio individual que trabaja a solas sino de pequeños pasos experimentales que han dado distintas personas más bien humildes. Además, concreta qué condiciones culturales, cognitivas y legales facilitan la innovación y, por tanto, el avance en las distintas áreas de conocimiento. Sin duda, se trata de un libro excepcionalmente documentado sobre el desarrollo de la tecnología en general.